Colección Castagnino+macro




Romero, Juan Carlos

Avellaneda, provincia de Buenos Aires, 1931
Buenos Aires, 22 de abril de 2017

Egresa como Profesor Superior de Grabado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, donde ejerce la docencia en el Departamento de Plástica en la cátedra de Grabado, y en el de Cine en Teoría del Arte, hasta 1975.
Desde sus comienzos, trabaja a partir de técnicas gráficas.
Sus prácticas y sus búsquedas en el campo del grabado experimental, lo conducen a juntarse con otros artistas para cofundar, en 1970, “Arte Gráfico-Grupo Buenos Aires”. Agrupación que busca estimular y conservar las tradiciones gráficas, a la par que incentivar la experimentación y la difusión. Estos artistas actúan hasta 1978, y el ámbito de su producción se extiende hacia la calle.
De este período es el grabado En homenaje a los caídos el 25/5/73 en la lucha por la liberación. En esta obra, manifiesta su compromiso con el pasado y con el presente. Actitud que caracteriza a gran parte de su producción posterior, desde distintas vertientes.
La obra participa de un homenaje realizado al grabador Adolfo Bellocq, en 1973. Por ende, la cita a este artista histórico, constituye una doble remisión: a la historia del grabado y a las luchas de una población.
Otra faceta de su producción se manifiesta en trabajos como los que presenta en 1971, en la muestra Arte de sistemas. Un evento de alcance internacional que organiza el CAYC, en el MAMBA, en donde sus propuestas plásticas están provistas de un gran caudal reflexivo, arraigado en la fuerza del concepto. Una de ellas está muy ligada a los postulados de Víctor Vasarely sobre el arte cinético. Tendencia que comienza a interesar fuertemente al artista, sobre todo, por la participación activa del público en la obra.
En 1972, cofunda el Grupo de los Trece, en donde conoce a Edgardo Vigo y empieza a trabajar en el campo de la poesía visual. Hace trabajos para la revista Diagonal Cero, editada en La Plata por Vigo.
Su formación técnica, en tanto egresado de la Escuela Industrial, y su trabajo en Entel como técnico durante varios años, conducen su interés hacia lo que atañe a los procesos de telecomunicación. Así, deriva en otra propuesta que también excede los formatos convencionales de la plástica: el arte correo. Género para el que, durante esta década, se convierte en uno de los principales propulsores.
Luego de los duros períodos de la dictadura militar en Argentina (1977-1983), en 1988 se une a Horacio D’Alessandro, David Edward, Héctor Puppo, y Luis Pazos para formar, en La Plata, el grupo “Escombros. Artistas de lo que queda”. Ellos inician sus actividades con una performance en la calle, aspirando a ser una suerte de amplificadores de la conciencia colectiva.
En adelante, su producción plástica sigue desarrollándose a partir del uso de técnicas gráficas y de otros medios como la fotografía, instalaciones, performances, ambientaciones, arte correo, libros de artista y otras prácticas.
Autorretrato y Quechua, de la Colección de arte contemporáneo de Rosario, pertenecen a la veta gráfica experimental. Ambos, forman parte de una serie de cuatro trabajos infográficos realizados a partir de fotos personales, en donde emplea su propio cuerpo pintado, tal como lo hiciera en los 80, en obras similares.
Estas infografías desarrollan una forma peculiar, ya que apelan a una autorreferenciación sobre la base de una reflexión que sondea los bordes del impacto. En efecto, recurre a una imagen que combina géneros diferentes, utilizando su propia figura, con frases que proporcionan ciertos brotes de ironía.
Desde 1956, realizó exposiciones individuales y participó en numerosas muestras colectivas, tanto en el país como en el extranjero.
Obtuvo más de quince premios, contando entre los más importantes el Gran Premio de Honor de Grabado del LXIII Salón Nacional de Artes Plásticas, el Premio Naciones Unidas, en conjunto con el Grupo de los Trece en Yugoslavia, y el Premio Experiencias de la Asociación de Críticos de la Argentina, en conjunto con el Grupo Escombros. En 1997 obtuvo el 1º Premio del V Salón de Dibujo de Santo Domingo, y en 1999, el 1º Premio Joan Brossa de Poesía Visual en España.
En 2001 fue invitado para representar a la Argentina en la XXIV Bienal Internacional de Artes Graficas de Ljubljana, y en la 7ª Bienal de La Habana. En ese mismo año, recibió el premio Asociación de Críticos de arte a mejor labor docente del año.
Ha sido docente en el Departamento de Artes Visuales Prilidiano Pueyrredón, y en la Dirección de Postgrado en Artes Visuales Ernesto de la Cárcova, del Instituto Universitario Nacional de Arte. Ha dictado seminarios en instituciones universitarias del país, y coeditado las revistas de poesía visual Vortex y La Tzara.




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