Heras Velasco, María Juana

Santa Fe, provincia de Santa Fe, 1924
Buenos Aires, 30 de septiembre de 2014

“Yo no soy una escultora de cámara. Necesito relacionar la obra con el público, con la ciudad, entremetida y confundida en el acontecer. Porque es en la relación dialéctica entre la obra, el medio y el público —el habitante de la ciudad— que mi obra tiene sentido.”  (Biografía «Heras Velasco» [1995] - Archivo IIAC, s. f.)

María Juana Heras Velasco nació en Santa Fe. Durante su infancia vivió en Posadas, provincia de Misiones, hasta trasladarse con su familia a Buenos Aires, en 1943.

Allí, se formó en la Escuela Libre de Artes Plásticas Altamira de Buenos Aires. Estudió pintura con Emilio Pettoruti, escultura con Lucio Fontana, estética e historia del arte con Jorge Romero Brest y teoría del color con Héctor Cartier. Posteriormente concurrió al Atelier Pettoruti, e instaló su primer taller en el mismo edificio que su maestro y otros artistas.

En 1952 contrajo matrimonio con Alberto Victoriano Velasco, con quien compartió el interés por la poesía, la prosa, y realizó viajes de estudio por diversas ciudades europeas y Nueva York.

En 1959 realizó su primera exposición individual en la galería Van Riel de Buenos Aires donde expuso bocetos y esculturas abstractas de carácter orgánico realizadas con cemento, yeso, madera y bronce. En esos años comenzó a participar en salones nacionales y provinciales. Dos esculturas en yeso tituladas Prisionero y Relieve formaron parte del XXXVI Salón Anual de Artes Plásticas Rosario de 1957 y XXXVIII Salón de Rosario de 1959, respectivamente. Ambas instancias llevadas a cabo en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario.

En la década siguiente, en pos de una actualización del lenguaje artístico abandonó las técnicas tradicionales de la escultura. Comenzó a experimentar con materiales y procedimientos que provenían de las industrias automotrices y plásticas de la época: chapas de hierro, acrílicos y pinturas industriales. Consecuentemente, aparecen en sus realizaciones planos de color y líneas rectas que definen composiciones abstractas y geométricas.

En los setenta, estas formas y materialidades que se presentan en el paisaje urbano y en la experiencia cotidiana a través del diseño, la publicidad y la industrialización son observadas con mayor determinación estética y poética. En 1971 presentó “Transposición de una señal” en la galería Arte Nuevo de Buenos Aires. En tal ocasión instaló una única pieza, la primera de una serie de esculturas que la autora denominó transposeñas. Relieves o grandes estructuras de hierro policromado donde re-significaba la experiencia de habitar la ciudad a través de una actualización de los símbolos empleados para ordenar la convivencia en la vía pública. Por lo tanto, surgen en sus obras líneas, direcciones, planos de color, materialidades y formas vinculadas a la señalética urbana del momento.

En la misma época realizó serigrafías y otras producciones escultóricas planteadas como reconocimientos hacia otros autores, tales como: Ginsberg, a un viejo poeta de Perú, 1960 u Homenaje a Piazzolla, 1980, entre otras.

En los ochenta integró jurados de distintos premios y salones. Entre ellos, fue jurado de selección y premiación en el LI Salón de Rosario, de 1987. También fue docente de escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova de Buenos Aires.

Entre otras actividades participó en comités asesores, dio charlas, conferencias y mesas redondas.

Ha presentado su producción en exposiciones individuales y colectivas en el país y el extranjero. Ha obtenido importantes premios y distinciones.

Abril de 2024

 




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