Colección Castagnino+macro

Esta obra formó parte de la muestra “Capital. Incorporaciones a la colección del Museo Castagnino+macro. Compras, Premios adquisición y Donaciones” que se realizó en la sede Castagnino, en 2015.




Araoz, Nicanor

Buenos Aires, 1981
Vive y trabaja en Buenos Aires

Entre 2004 y 2005 cursó estudios de psicología y artes plásticas en la Universidad Nacional de La Plata.

En 2005 integró la edición Currículum Cero organizada por la galería Ruth Benzacar y participó en la residencia El Basilisco. Espacio de formación artística en el que proyectó su primera exposición individual “Cepillarse bien los dientes”, presentada posteriormente en la galería Appetite de Buenos Aires. Allí exhibió objetos que fueron creados a partir de productos de consumo diario o que pertenecieron al universo íntimo del artista, tales como: animales embalsamados, galletitas dulces, chocolate en polvo, zapatillas, medias, muebles, papel de empapelar y televisores, entre otros. Este tipo de operación pone en escenas espacios de intercambio donde el autor se relaciona de otro modo con el material y su producto. Circunstancia que contribuye a la discusión sobre la distinción tradicional entre producción y consumo, creación y copia, ready-made y obra original suscitada por las prácticas artísticas contemporáneas.

Estas piezas, dispuestas como una instalación escultórica, conformaron disparatadas y extrañas escenas según una matriz formal y narrativa que supo emplear también en muchas de las experiencias expositivas posteriores. Por este tipo de obra, en 2007, fue seleccionado para participar en el Premio ArteBA-Petrobras. Ese mismo año, continuó su formación artística, integrando el Programa Intercampos 3, del Espacio Fundación Telefónica; una clínica de obra con Mónica Girón, 2008-2009 y el grupo de artistas que conformó la Beca Kuitca/UTDT (Universidad Torcuato Di Tella), 2010.

Por entonces, junto al curador Claudio Iglesias –desarrolló la muestra “Mocoso insolente” en la galería porteña Daniel Abate–, quien lo acompañó en un proceso de reflexión que derivó en una reelaboración conceptual y material de su producción.

Si antes su vocabulario era la interconexión de objetos ya existentes, ahora deja paso a un trabajo manual con materiales crudos (resina, yeso, poliuretano), en piezas tormentosas y carentes de humor. A diferencia de muchas de las instalaciones y esculturas previas, cargadas de dinamismo narrativo, Mocoso insolente cuenta poco: no hay casi escenas…El paso del comic a la historia del arte y del humor al tormento implica, también, un desplazamiento del terreno sociológico del consumo al dominio de la ética. (1)

Más adelante participó en la Residencia Capacete, en Río de Janeiro, Brasil, en 2014, y al año siguiente, integró la Beca Colección Alex Oxenford, en Tokio, Japón.

 

(1) Iglesias, Claudio, “Esperando nacer”, Página 12, Suplemento Radar, Buenos Aires, domingo 2 de mayo de 2010.