Colección Castagnino+macro

“Con mi última experiencia, Sibilas criollas, los Conos y el Muerto, fue distinto. Me fui por caminos impensados. Pinté como un desaforado, fervorosamente, apartándome del esquema inicial, pero no de la idea esencial. La obra se me fue de las manos, se independizó.” Así relata Bianchedi el proceso de producción de las piezas que integraron la exposición realizada en la Fundación Federico Jorge Klemm, en mayo de 1996, de la que esta pintura formó parte.

En la obra el chorreado de la pintura refuerza la expresividad de la imagen, que tiene como aspectos subyacentes las referencias a estados de dolor y de aislamiento. Aspectos que también son manifestados a través del empleo de colores ocres de valores bajos que oscurecen el desvelamiento de la figura.




Bianchedi, Remo

Buenos Aires, 1950
Vive y trabaja en Cruz Chica, provincia de Córdoba

Remo Bianchedi es artista, llevó a cabo una importante práctica docente y de gestión cultural.

“Bianchedi define al artista, más que como hacedor de artefactos artísticos y discursos poéticos, como aquel sujeto capaz de poner en juego las estrategias necesarias para articular su palabra y su pintura con los discursos del mundo del arte, de la cultura y de la historia de la cual forma parte.”

Comenzó a producir a temprana edad, y fue seleccionado para el Premio Braque en 1967. Entonces, decidió experimentar otras formas de vida y se dirigió a la localidad de la selva amazónica peruana Yariconocha. De 1969 a 1976 vivió en Jujuy, Argentina, en donde fue librero, trabajó en administración pública, transitó la militancia política, se casó y tuvo tres hijos. 

En Buenos Aires, en 1972, realizó su primera exposición individual en la galería Lirolay, y en 1975 obtuvo el Premio Marcelo de Ridder.

Ganó la Beca Albrecht Dürer otorgada por el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Académico de Intercambio Alemán, se fue a Alemania para residir en Kassel durante el quinquenio 1976-1981. En esa estadía se perfeccionó en grabado y diseño gráfico en la Escuela Superior de Artes de Kassel. Conoció a Joseph Beuys, a quien considera uno de sus principales maestros. En estos años, su producción artística estuvo determinada por la experiencia de hallarse en un contexto disímil y con una tradición histórica muy fuerte, pero sobre todo, por las huellas que provocaba su contacto con Beuys. Paralelamente comenzó a realizar una serie de libros en los que plasmó sus percepciones diarias, proyectos e ideas.

En 1982, viajó a Madrid, y allí permaneció un año, ya que luego, con el retorno de la democracia, regresó a Buenos Aires, Argentina. Pasados nueve años, se radicó en Cruz Chica, Córdoba donde instaló su casa-taller y comenzó una nueva etapa de su vida alejado del contexto urbano. Desde su regreso de Alemania la producción artística será abordada por series temáticas en las que trata sobre la memoria, la infancia, las persecuciones, las ausencias. Ejes que pueden vincularse a procesos políticos y sociales permeables a la sensibilidad social del artista como las dictaduras militares y el nazismo. Realizó pinturas, dibujos e instalaciones en las que incorporaba sonido e iluminación. 

Más adelante, tras la crisis social, política, económica e institucional de Argentina en 2001 se vinculó a un grupo de artistas cordobeses entre los que se encontraba Lucas Tesoriero. Con ellos impulsó la creación de Fundación Nautilus, un espacio de autogestión que desde la práctica artística daba respuestas a problemáticas sociales de violencia y exclusión, vigentes en aquel momento. Realizaron exposiciones, encuentros de arte y música, talleres de diseño y oficios, prácticas destinadas a promover la inserción laboral.

En 2010 inauguró en su casa la Sala Cochinoca donde presentó una serie de pinturas que mostraban paisajes del norte argentino. 

La escritura ha sido otra línea desarrollada por el autor que tuvo su inicio antes de dedicarse a la producción visual. Entre los libros publicados figuran: Max y la bestia, 2000; El Sr. Lafuente y sus solteras, 2005; Vidas Célibes, 2010; En Rimbaud Tilcara, 2012 y Rosa Morandi, 2014, editados por editorial Letranómada. 

Ha recibido importantes premios y distinciones, entre ellas: Premio al Artista Joven del Año, Asociación Internacional de Críticos, 1987 y Premio Trayectoria 2007, otorgado por el Fondo Nacional de las Artes.

Realizó exposiciones individuales y colectivas en Córdoba, Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Salta, Tucumán, Paraná, Concepción del Uruguay, Santa Fe, Colonia, Montevideo, y en Alemania.

noviembre 2023