Colección Castagnino+macro




Zaino, Salvador

Pópoli, Italia, 1858
Rosario, provincia de Santa Fe, 1942

Domenico Salvatore Zaino nació en 1858 en Pópoli, un pueblo del Abruzzo italiano. En 1889 y con 30 años llegó a la Argentina con el aluvión inmigratorio que casi duplicó la población de Rosario, esperanzado en las oportunidades que ofrecía la ciudad que se perfilaba como la segunda en importancia del país1 y se transformaba socialmente al ritmo del impulso del comercio y las finanzas. Su salida del puerto de Génova embarcado en la tercera clase del Duca di Genova lo registra como contadino (campesino)2, pero sus biógrafos justifican su viaje en las posibilidades de trabajo para los decoradores y pintores demandada por la cantidad de imponentes edificios públicos y privados en construcción.

Los italianos constituyeron el grupo migratorio más importante llegado a Rosario. Originarios de diferentes regiones y con oficios y ocupaciones variadas, en general lograron ubicarse con éxito en el mercado de trabajo local3. Con respecto a los llegados desde la Liguria, estos conformaron una colectividad numerosa desde 1870. La llegada debió haber sido apaciguada por los vínculos, familiares o sociales, que favorecieron la construcción de redes de asistencia y confraternidad con quienes ya se habían establecido.

Desde su llegada Zaino se vinculó con artistas artesanos: dictó clases de pintura y decoración mural en el Club Industrial4 y según Slullitel participó de una de las primeras agrupaciones de inmigrantes italianos conocida como La Réplica, que se reunía en el almacén El Buen Gusto y estaba integrada por los escultores decoradores Domingo Fontana y Luis Levoni, entre otros5. Trabajó en la academia de su coterráneo Vicente Rafael Barone (Albanese, Italia, 1866- Rosario, 1953)6, pintor de retratos y decoraciones con quien realizaría hacia 1904 las pinturas murales del foyer del teatro Opera, actualmente teatro El Círculo. Rápidamente relacionado con la burguesía en ascenso de tradición italo-genovesa, recibió encargos de pintura mural y se sumó al círculo de artistas que iniciaron la institucionalización del arte local7.

En 1891 inició las actividades de su Academia Rosarina de Bellas Artes, luego llamada Academia Estímulo de Bellas Artes. Desde 1914 logró otorgar a sus alumnos el título oficial de profesor de dibujo, modelado y escultura con el aval del Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Uno de sus discípulos más aventajados fue Augusto Olivé (1885-1912)8 lamentablemente fallecido muy joven en Madrid mientras continuaba su formación europea como becario de la Legislatura de la Provincia de Santa Fe. Zaino solía gestionar exposiciones de los trabajos de sus alumnos en instituciones locales como el foyer del teatro Opera o el Museo Municipal de Bellas Artes, procurando ubicar sus obras en el circuito artístico local y legitimar su valor con una evaluación a cargo de notables. El archivo del Museo Castagnino+macro posee una carta fechada en 19219 en la que solicita el reglamento para la utilización de las salas de exposición y requiere se forme una subcomisión para examinar a sus discípulos, muchos de los cuales luego ocuparon cargos en escuelas estatales y privadas10.

La academia de Zaino junto a la Doménico Morelli de Mateo Casella11 y la Fomento de Bellas Artes de Ferruccio Pagni introdujeron a la primera generación de artistas rosarinos en las prácticas modernistas importadas desde Italia12. De los tres, Zaino fue el primero en llegar a Rosario. Fue pionero en impulsar una nueva concepción del paisaje y su acción como pintor y como maestro renovó los métodos académicos vigentes todavía entre los artistas activos en el contexto local13. Al respecto, Rafael Sendra cita una carta hecha pública a la muerte del maestro en la que su viuda Emilia Traverso14 recuerda su perseverante dedicación a la docencia y la implementación de lo que ella llama escuela del natural, que probablemente refiera a las prácticas airelibristas que el maestro hizo suyas en la Academia Ligur de Bellas Artes y que ejercitó con sus discípulos, alejándolos de los métodos mas anticuados de la enseñanza artística.
De estos primeros años en Rosario, dos óleos sobre cartón aparentemente pintados al año siguiente de su llegada –han sido fechados en el libro de registro de la colección del Museo Castagnino+macro como de 189015– documentan su trabajo a plein air. Son dos apuntes de vistas de la ciudad desde la bajada Belgrano, cuyas medidas de soporte y técnica pictórica perdurarán en cantidad de bocetos realizados desde esta fecha y durante sus años de actividad posteriores. Estas dos obras de pequeño formato expresan su formación en el lenguaje artístico ottocentista y su persistencia y comunión con las enseñanzas y el espíritu de su formación genovesa.

¿Cuál es el origen de la vocación de Zaino por la pintura de paisaje? Poco se sabe de su formación y sus vínculos con el ambiente artístico italiano antes de llegar a la Argentina. Según las crónicas familiares, su precoz habilidad para el dibujo y la pintura lo habrían llevado a recibir protección eclesiástica durante su niñez en un convento genovés16. Su talento lo condujo luego a la Academia Ligur de Bellas Artes17 (Accademia Ligustica di Belle Arti), única instancia de su formación que se halla documentada18. La academia genovesa había sido inaugurada en 1751 por la aristocracia sensible a las ideas iluministas que condujeron a la aplicación de exigentes prácticas metodológicas para la enseñanza artística y se afianzó a la par de los proyectos de las Academias de Venecia (1750), Parma (1757), Nápoles (1752) y Brera (1776). En la época en que Zaino asistió a los cursos, éstos habían sido renovados por nuevos criterios y enfoques metodológicos en sintonía con el contexto reformista de la Italia reunificada. Las políticas artísticas del nuevo estado eran parte de las acciones llevadas a cabo en pos de la conciencia de unidad y el desarrollo de programas educativos modernos apuntaba a rehabilitar el producto artístico italiano. En el caso de las artes aplicadas, el objetivo fue formar a las clases trabajadoras en el artesanato para que a través del dominio del diseño y el conocimiento de estilos históricos se aplicara el oficio en la industria nacional.

Fue el pintor Tammar Luxoro19 (Génova, 1825-1899) quien propuso realizar una reforma radical de la educación académica genovesa: su plan fue concebido para la recuperación cultural de las artes aplicadas y procuró la introducción de cursos de paisaje a il vero. En 1870, el I Congreso de Arte Italiano legitimó su iniciativa y desde 1874 se instituyó en el ámbito académico la Escuela de Paisaje que él mismo dirigió hasta 1888. Luxoro fue un apasionado defensor de la pintura paisajista moderna en el momento de mayor virulencia del debate entre conservadores y renovadores y su influencia se materializó con la introducción de nuevas prácticas a pesar de la polémica generada por los profesores más antiguos. Influyente y activo en la vida artística genovesa Luxoro había sido miembro fundador de la Promotrice delle Belli Arti en 1849 y se lo había nombrado académico de mérito en 1864. La nueva visión del pintor y escenógrafo Antonio Fontanesi (1818-1882) lo había desviado de su estricta formación y lo enfocó en la observación aguda del motivo del natural. Liberado de viejos esquemas tradicionales se interesó por las propuestas del naturalismo francés, del paisajismo napolitano liderado por Doménico Morelli y los macchiaioli toscanos.

La influencia de los macchiaioli fue fundamental en el programa de Luxoro. Liderados por Giovanni Fattori, el grupo proclamaba desde la década del 50 la vuelta a la pintura de la naturaleza y la práctica airelibrista, asociando la renovación pictórica a su vocación política en pos de la unidad italiana. Inspirados en la pintura del trecento y quattrocento, valoraron la simplicidad compositiva frente a las usuales perspectivas escenográficas de las vistas académicas dieciochescas. Utilizaron como soporte tablas de pequeño formato apaisadas, que les permitían panorámicas de apenas 15 cm de altura en las que practicaban encuadres simples de dos o tres planos sucesivos. Desde 1850, la pintura a il vero y alla prima que reivindicaba la originalidad del artista también fue favorecida por las características de los nuevos materiales disponibles: el óleo preparado y envasado, que aplicaron en manchas, muchas veces sin imprimación. En oposición al arte académico lineal tradujeron la intensa luz mediterránea en toques de color, plasmando sencillas escenas de la vida rural, paisajes y retratos. Expusieron como grupo hasta la década del 70 y muchos de sus miembros utilizaron el mismo lenguaje hasta la década del 80. Además de este foco modernista florentino, en el Instituto de Bellas Artes de Nápoles el pintor Doménico Morelli20 transformaba los modelos didácticos en su cátedra de pintura desde 1868 y garantizaba a los estudiantes una formación artística actualizada que continuó desde 1882 en el Museo Artístico Industrial en Nápoles21.

El movimiento ligur se sumó a estas líneas de renovación y Luxoro junto al genovés Ernesto Rayper (1840-1873), el portugués Alfredo d`Andrade (1839-1915) y el español Serafín Avendaño (1838-1916) entre otros, sentaron las bases de la Scuola Grigia (Escuela Gris) pintando en las colinas del Carcare. Utilizaron tonos claros, medias tintas y rechazaron el uso del negro, atentos al estudio de la variación tonal, la atmósfera y luminosidad. Se consagraron a la pintura de la naturaleza, a la simplicidad y verdad de visión a través del modelado del color y la técnica de la mancha suelta y abierta. Luxoro se convirtió en el teórico y portavoz del cenáculo de los modernistas genoveses y juntos encabezaron el movimiento antiacadémico ligur en franca oposición a los profesores más tradicionales, entre ellos Giuseppe Isola, director de la Scuola Accademica di Disegno del Relievo e dal Nudo. Su influencia trascendió entre los discípulos de la Academia mientras su nueva pintura se imponía en la Promotrice Genovesi.
Estas nuevas perspectivas que transformaron la pintura genovesa del ottocento italiano coincidieron en la formación de Salvador Zaino a través de la influencia de Luxoro, cuya presencia y predominio en la Academia Ligur debieron ser decisivos durante la permanencia de nuestro artista en los cursos hacia 1882.

A la llegada de Zaino a Rosario en 1889, el medio artístico estaba liderado por artistas inmigrantes dedicados a la decoración, a los retratos, paisajes y escenas costumbristas, cuyo valor se restringía a lo ornamental y lo documental22. La institucionalización y profesionalización del medio artístico era incipiente y acompañaba con lentitud el vertiginoso desarrollo urbano y económico de la ciudad. Recién en las primeras décadas del siglo XX surgirían entre los miembros de la alta burguesía las inquietudes sobre el valor simbólico del arte, sus perspectivas como vía civilizadora y sus posibilidades de definición identitaria de una comunidad de ascendencia mayormente extranjera. En este contexto, la formación italiana de nuestro artista debió haber sido percibida como portadora de la tradición del “ideal artístico” europeo, fundamental para el proyecto civilizador de la ciudad. Zaino supo mantener su pintura decorativa dentro de los cánones tradicionales, pero fue en la pintura de paisaje donde perpetuó el espíritu modernista vivenciado en su etapa de formación genovesa.

María de la Paz López Carvajal

___________________________________________

BIBLIOGRAFÍA

1. Prieto, A., “Rosario: la pregunta por la belleza” en Malossetti, L., Montini, P., López Carvajal, M. (editores) Entresiglos: el impulso cosmopolita en Rosario, Rosario, Ediciones Castagnino+macro, 2017. Agustina Prieto describe la situación de Rosario según los datos del censo realizado en 1895. La población registrada en Rosario en 1887 era de 50000 habitantes y fueron 90000 los censados en 1895.

2. En el registro de CICEI (Centro Internazionale Studi Emigrazione Italiana) se registra la salida de Domenico Zaino hacia Buenos Aires el 25 de abril de 1889 desde Génova, en el barco Duca Di Genova, en tercera clase. Aparece registrado como campesino. En http://www.ciseionline.it/portomondo/Dettagli_Arg2.asp?id=1008604 acceso el 9 de septiembre de 2019.

3. Fried de Silberstein, Carina, “Italianos en Rosario. Un perfil demográfico y ocupacional (1870-1914) consultado en http://eial.tau.ac.il/index.php/eial/article/view/1270/1296 acceso el 2 de septiembre de 2019.

4. Según Herminio Blotta, desde 1890 funcionó en calle Maipú el Club Industrial, en el que se agruparon artistas con oficios dedicados a las artes aplicadas. Allí se dictaron cursos nocturnos de dibujo artístico y ornamental y talleres de litografía, decoración y escenografía. Los presidentes fueron Felix Woelflin y Salvador Ortega. Entre los primeros profesores se destacaron Salvador Buxadera y Salvador Zaino. En Blotta, Herminio “El arte pictórico y escultórico”, La Nación, domingo 4 de octubre de 1925, p. 12.

5. Slullitel, Isidoro, Cronología del arte en Rosario, Rosario, Editorial Biblioteca, 1968.

6. Sobre la biografía de Barone, consultar Orta Nadal, Ricardo, “Rafael Vicente Barone. Retratista y maestro de arquitectos” en Revista de Historia de Rosario, Rosario, Sociedad de Historia de Rosario, Año 4, nro 11, enero-junio de 1966.

7. La política cultural de los gobiernos liberales de fin de siglo XIX favoreció la corriente migratoria que llegó a Argentina, Brasil y Uruguay. La afluencia de pintores y decoradores, especialmente italianos, facilitó mano de obra especializada para la decoración de teatros, iglesias y otros edificios públicos. Muchos de ellos se dedicaron también a la docencia. Ver Gutiérrez Viñuales, Rodrigo, “Presencia de Italia en la pintura y escultura de los países sudamericanos durante el siglo XIX” en Presence, caritatti, commerce. Ricerche di Storia dell`arte, La Nuova Italia Scientifica, Roma, 1997, p. 35-46.

8. Augusto Olivé logró continuar sus estudios en Europa al ser reconocido con una beca de la Legislatura del Gobierno de la Provincia de Santa Fe en 1909. Instalado en España fue premiado en la Exposición de Madrid con la Cruz de Segunda Clase de la Orden Civil de Alfonso XII. En Dagatti, C. , “Augusto Juan Olivé. El malogrado pintor rosarino”, Separata de Revista de Historia de Rosario, Rosario, 1965, p. 9. Su familia legó un conjunto de pinturas de su autoría al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino en 1936.

9. Asentado en Acta 56 del 27 de noviembre de 1921, Actas de la Comisión Municipal de Bellas Artes, Archivo Museo Castagnino+macro.

10. Un extenso artículo biográfico de Salvador Zaino por Rafael Sendra recoge datos sobre su vida y actividad plástica y docente. Ver Sendra, Rafael, “El pintor y decorador Salvador Zaino. Inicios de la temática del litoral”, en Rosario, ciudad y artes plásticas, Rosario, Dirección de Publicaciones UNR, 1988.

11. Sobre las academias de arte en Rosario, Blotta afirmaba que fue la academia del napolitano Mateo Casella la que formó a los primeros artistas rosarinos: “la célula que dio origen al movimiento artístico serio del Rosario ha sido la academia fundada por D. Mateo Casella en el año 1906 que subvencionara la Municipalidad durante la intendencia de Don Santiago Pinasco”. Allí se formaron entre otros, César Caggiano, Alfredo Guido y Emilia Bertolé con “métodos modernos de enseñanza, entre ellos el de hacer copiar directamente el paisaje del natural”?. A su éxito contribuyó la llegada de de Ferruccio Pagni, que renovó los métodos con una perspectiva modernista renovada por el simbolismo, el divisionismo y la experiencia macchiaioli adquirida junto a su maestro Giovanni Fattori. Pagni tuvo una muy favorable aceptación entre los noveles rosarinos cuando en 1908 integraba el grupo de maestros de la Academia Doménico Morelli, que “sostenía un severo nivel programático de enseñanza”. Los cursos anuales se organizaban en seis niveles cuyo programa se complejizada a medida que se los superaba, dando como resultado una profunda y severa formación artística. Blotta, Herminio “El arte pictórico y escultórico”, La Nación, domingo 4 de octubre de 1925, p. 12.

12. Boni, Nicolás, “Salvador Zaino, Dante Verati y Ferruccio Pagni, improntas divisionistas hacia 1900 en Rosario” en Avances del Cesor nro 7, Rosario, UNR, 2010, p. 31. También, a modo de ejemplo, vale citar a Luis Ouvrard quien expresaba que fueron Zaino y Pagni quienes legaron a sus discípulos la práctica de utilizar violeta para las sombras, que diferenció sus producciones. En Fantoni, Guillermo, “Aproximación a la historia de vidas: Conversaciones con Luis Ouvrard”, en Anuario, Nº 11, Segunda Época, UNR, FHyA, Escuela de Historia, 1985, p. 288-289.

13. Los artistas representados en la Exposición Provincial de 1888 (Blanqué, Ortega, Barone) expusieron en su mayoría retratos y paisajes, y en menos medida, escenas costumbristas. Estas representaciones solo tenían valor documental para la sociedad rosarina de la época porque describían la geografía física y humana de la región. Montini, Pablo, “La Exposición Provincial del Rosario de Santa Fe” en Malosetti Costa, Laura, ed. Entresiglos: el impulso cosmopolita en Rosario, Rosario, Ediciones Castagnino+macro. Museo Municipal de Bellas Artes J. B. Castagnino, 2017, p. 48.

14. Sendra (1988).

15. Salvador Zaino (Pópoli, Italia1858- Rosario, 1942), Vista del Parque Belgrano, 1890, Óleo sobre cartón, 19 x 23 cm, Donación Aldo Lázzari, 1980, R. 1820. Barrancas frente al río 1890, Firma en ángulo inferior derecho, Óleo sobre cartón- 19 x 23 cm, Ingresó al museo en 1980. Donación Aldo Lázzari, 1980, R. 1819.

16. Sendra (1988) Estos datos se repiten en otras biografías, como https://news-town.it/cultura-e-societa/11989-abruzzesi-nel-mondo-3-domingo-salvador-zaino,-principe-dei-macchiaioli.html acceso el 4 de septiembre de 2019.

17. Ver https://www.accademialigustica.it/accademia/storia  

18. Sendra (1988) explica que esta instancia de formación del maestro italiano se halla documentada con un certificado fechado el 22 de agosto de 1882 presentado a las autoridades de la Escuela Normal 1 para aplicar al cargo de profesor de Dibujo Natural. Fue imposible llegar hoy al documento a pesar de mi insistencia con las autoridades de la Escuela Normal I a través de notas y llamados telefónicos.

19. Sobre datos biográficos de Tammar Luxoro (1825-1899) ver: http://www.treccani.it/enciclopedia/tammar-luxoro  acceso el 25 de agosto de 2019.

20. Inclinado al verismo, su discípulo Francesco Paolo Michetti (1851-1926) logró un lugar destacado en el ambiente artístico italiano. Fusionó el realismo con un tono idealista, religioso y sentimental e instalado en Francavilla al Mare, en el Abruzzo, dedicó sus temas a las escenas pastorales. El Museo Castagnino+macro posee su pastel Figura -legado por Carlos Carlés en 1925- que representa a una mujer de rasgos abruzzences típicos y que puede relacionarse con otros tantos de pastorellas pintados desde 1880. Los temas y tradiciones del mundo rural lo alejaban del lenguaje riguroso de las grandes composiciones históricas y literarias, y le permitían una técnica más liviana, de paleta más clara y vibrante influenciada por el catalán Mariano Fortuny, que había alcanzado gran éxito en Italia. Sus niños campesinos resueltos con una pincelada suelta y toques luminosos de color influenciaron a sus contemporáneos, especialmente a Giovanni Segantini (1858-1899) quien experimentó con la técnica neoimpresionista, utilizando el puntillismo no sólo con el objetivo de reproducir la vibración de la luz sino para sugerir cierto estado de contemplación e intensificar la respuesta emocional del observador realzando la luminosidad de la escena. La atmósfera de raíz simbolista que creó en sus cuadros describe las interpretaciones místicas del pintor sobre la vida en comunión con la naturaleza. La influencia de Francesco Paolo Michetti es notoria en el óleo Primavera de Salvador Zaino que integra la colección del Museo Castagnino+macro. El tema de los niños campesinos del Abruzzo -la tierra natal de ambos-, la paleta y la exuberancia de la vegetación son características compartidas, pero las composiciones de nuestro artista mantienen la solidez de las formas. Si bien se suele referir a un posible vínculo entre Michetti y nuestro artista, no existe documentación fehaciente que fundamente esta versión. El grupo divisionista italiano recién haría su primera aparición pública en 1891 en la Triennale di Brera de Milán cuando Zaino ya estaba instalado en Rosario. La posible influencia de su coterráneo y seguidores habríatenido lugar más tarde y tal vez a través de Ferruccio Pagni a su llegada a Rosario. Sobre la obra de Segantini de la colección del Museo Castagnino+macro ver López Carvajal, María de la Paz, “Croquis, Giovanni Segantini” en Papeles reencontrados. Conservación y catalogación de los dibujos de la colección Castagnino Macro, Rosario, Ediciones Castagnino Macro, 2008, p. 80, 81.

21. http://www.treccani.it/enciclopedia/domenico-morelli_%28Dizionario-Biografico%29/ acceso el 26 de agosto de 2018.

22. Montini, Pablo, “La Exposición Provincial del Rosario de Santa Fe” en Malosetti Costa, Laura, ed. Entresiglos: el impulso cosmopolita en Rosario, Rosario, Ediciones Castagnino/Macro. Museo Municipal de Bellas Artes J. B. Castagnino, 2017, p. 39, 40.




Otras obras